diciembre 20, 2010

Melodías citadinas

Nancy Zamora

Un sonsonete de claxonazos, pitazos y sirenas asaltan el sosiego de la ciudad. El zumbido de la vida cotidiana enmudece la música de nuestras calles. Merengueros, globeros, danzantes, que antes se les escuchaba rezar la melodía de sus oficios por el Centro Histórico, son sustituidos por la estridencia de un grupo de rock que se oye a lo lejos, o los tambores que intimidan el silencio con alegres batucadas. Multitud de sonidos al unísono crean un jam session en el ambiente.

Ante tal fusión de acordes improvisados, una apacible melodía destaca tímidamente y apenas se distingue entre tanto bullicio. Forma parte del paisaje sonoro y roba la atención de uno que otro transeúnte. Las notas provienen de un pesado y viejo cilindro de madera. Don Edgar lo sostiene con el pecho, extiende su brazo izquierdo con la cachucha en la mano para pedir una moneda, y con el derecho gira el manubrio a un costado del instrumento con la cadencia precisa para hacer sonar el tema de La barca.

Don Edgar viste de pantalón y camisa beige. El uniforme que desde hace dos años comenzó a usar cuando decidió ser organillero. “Antes trabajaba en una fábrica, pero me despidieron. Mi vecino, que toca el organillo atrás de la Catedral, me invitó a este oficio" me comenta. "Al inicio no estaba convencido de entrarle, creía que los organilleros eran gente floja, que no trabajaban y que sólo estiraban la mano para pedir dinero, ahora me doy cuenta de que es un bonito oficio y que me gusta, apesar de que ganamos poco y trabajamos mucho, doce horas diarias, de lunes a sábado".

Con el semblante duro me confiesa que más de una vez se ha sentido humillado. “Diario pasa gente grosera que en lugar de cooperar me grita: "ya ponte atrabajar, ya te di dinero, ya cambia el tema, diario tocas el mismo". No es un oficio sencillo comenta, "pero tiene sus recompensas". Me explica que aunque el organillo es un instrumento de origen inglés que data del siglo XIX, en nuestro país se acostumbra tocar temas de la música popular mexicana.“El que yo rento es sencillo, sólo toca La barca, Amor de dos, La cucaracha, El vals de María Elena, La Bikina, Mi viejo, Canción mixteca y Las Mañanitas”.

Don Edgar trabaja afuera de la iglesia de San Francisco sobre la calle de Madero, lugar donde se planta desde las nueve de la mañana y asegura que nadie lo mueve de ahí porque tiene el permiso de la delegación. No lo hace solo. Otros dos organilleros, con los que se turna para trabajar por hora con el mismo instrumento, extienden su cachucha repitiendo: “damita, caballero ¿gusta cooperar para que no se pierda la tradición?”, mientras que el hombre de 58 años me confiesa que cada uno tiene que pagar 80 pesos diarios para alquilar el aerófono, mismo que recogen y entregan en el Callejón de Lazarín del Toro, ubicado en la calle de Perú en el Centro Histórico.

Una vez entrados en confianza, don Edgar me cuenta que al día generalmente se lleva 200 pesos. “Cuando gano 300 es porque me va muy bien”. Bromeando, expresa que sus mujeres e hijos, que tiene regados por todas partes, ya están acostumbrados con lo poco que gana. “No es verdad, no se crea, sólo mantengo una familia".

De noche y agotados, los tres organilleros se turnan para cargar el instrumento de poco más de 30 kilos y regresarlo a la bodega de alquiler.

Don Edgar es uno de los 60 organilleros situados en el Centro Histórico. “Este es mi trabajo y lo cuido, porque sé que a esto me dedicaré siempre".

Asegura que por el dinero no se preocupa porque, "al fin y al cabo en esta vida para todos hay ¿no cree?”.

Al final de la charla le dejé unas monedas. Mirando su cachucha me dice sonriente "gracias, pero ¿si mejor me deja su teléfono?".

noviembre 22, 2010

Lugar de Mariposas

Por César Martínez

“La vida no es lo que uno vivió
sino lo que uno recuerda y
cómo la recuerda para contarla”

Gabriel García Márquez
en Vivir para contarla

Los ancianos de San Miguel Papalutla, en Oaxaca, rondan los noventa años de edad. Este pueblo, casi fantasma, revive cada año con la festividad del segundo viernes de cuaresma. En el año 2009 tuve la oportunidad de charlar con los viejos –familiares míos la mayoría de ellos– y fui consciente de la memoria colectiva que está a punto de perderse, recuerdos que son el único archivo histórico que tiene este pueblo, y que bien podría reflejar el (sub)desarrollo de todo México.

Papalutla tiene problemas agrarios desde su concepción y apenas terminaron el 20 de noviembre de 2010. Está lleno de leyendas. La revolución pasó por este pueblo, dejando heridas que hasta nuestros días persisten. Cuenta con tradiciones coloridas. Su decadencia se debe, según los papalutecos, al soborno que otro pueblo, San Marcos Arteaga, hizo a funcionarios públicos, con lo que la la carretara federal que llega a Tonalá dejó de pasar por Papalutla.

Hoy en día, como he dicho, está a punto de perderse esa memoria colectiva. Los mismos paisanos han intentado, de forma aislada e infructífera, crearse una historia. La versión aceptada por la mayoría es la que escribió Juventino Cruz Torres en 1988: un texto de 23 páginas que cuenta con los sellos oficiales del pueblo y que se titula Historia general y pública de mi pueblo San Miguel Papalutla, Huaj. Oax. Aunque también hay memorias de Gilberto Cisneros Vélez (http://www.myspace.com/papalutla). Pero es tan fallido el intento que casi ninguno de mis contemporáneos saben que en este pueblo se dice que se escondió Vicente Guerrero durante la guerra de independencia; que la revolución zapatista saqueó Papalutla (y en lo personal que ahorcaron a mi tatarabuelo por no tener lista la barbacoa); que el General Lázaro Cárdenas del Río, ya en sus postrimerías, le resolvió a Papalutla algunos problemas de desarrollo.

Es por eso que este texto pretende recopilar las versiones de estos dos papalutecos, comparar las historias y resaltar aquellos puntos de coincidencia; pero también habrá que sumarle los relatos de otros paisanos, recuerdos sueltos de los que no hayan versiones que los contradigan. Comparar los datos con archivos históricos. Darles un contexto nacional.

De este modo se podrá dar una historia más uniforme a San Miguel Papalutla y rescatar la memoria colectiva para futuras generaciones. Además de comprobar que la historia de un pueblo aislado puede reflejar la historia de todo México: caciquismo, promesas incumplidas por parte de las autoridades, una pelea agraria que se prolongó hasta nuestros días, sobornos, corrupción, pobreza, pérdida de tierras de cultivo, subdesarrollo, pero también la fiesta por la fiesta, miles de pesos gastados en las liturgias anuales, migración.

LUGAR DE MARIPOSAS, SU FUNDACIÓN

Se estima que San Miguel Papalutla fue fundada entre 1830 y 1835, apenas diez años después de la firma del Acta de Independencia del Imperio Mexicano. Cuentan que los “primeros pobladores fueron originarios del pueblo de Santo Domingo Yolotepéc”, según una recopilación de los textos del señor Juventino, titulado San Miguel Papalutla 1905-2005. Estos primeros habitantes llegaron al paraje conocido por El Mezquite y luego se trasladaron a El Cuajilote, donde comenzaron a buscar agua dulce, encontrándola entre las barrancas de La Cañada y El Aguacate.

De este lugar nace el nombre del pueblo, cuenta don Juventino, pues “había mucho papaloquelite, o sea la planta alimenticia la cual conocemos” comúnmente por pápalo. Había además mucha mariposa. Por eso el nombre de Papalutla, “lugar de mariposas” en náhuatl, o mexicano, como le dicen a esta lengua los ancianos que la hablaron fluidamente y que hoy en día sólo les quedan recuerdos de algunas palabras asiladas.

La orientación topográfica de Papalutla quiero dejarla tal como la escribió en 1988 don Juventino:

Nuestro pueblo está vigilado por centinelas naturales y eternos, como son: por el oriente, o sea por donde sale nuestro Rey Sol, se encuentra el Cerro Colorado, por el poniente la Loma del Conejo y la Loma del Águila, por el norte se hallan el Cerro de la Cruz y la Loma del Abrojo, y por el sur se encuentran dos cerros históricos: el Cerro de la Calavera […] (y) el Cerro de la Campana.

En el primero de estos cerros, el de La Calavera, es donde acampó el general Vicente Guerrero en tiempos de la independencia, pues dicen los papalutecos que era conocido como el Cerro Papalotla. Esta idea no suena tan lejana de la realidad, pues he encontrado la versión digitalizada del libro Resumenhistórico de la Revolución de los Estados Unidos Mejicanos (http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080012736/1080012736_26.pdf), escrito por Pablo de Mendibil en 1828, donde se cuenta cómo Vicente Guerrero anduvo por Oaxaca, por la zona de la Mixteca, donde está Papalutla, y que “Guerrero contramarchó entonces por la orilla del río de Tecachi hasta el cerro de Papalotla, donde campó desentendiéndose de Rosainz”.

En el Cerro de la Campana, han encontrado vasijas, instrumentos de música y una campana. Objetos que se cree pertenecieron a un poblado que desapareció, quedando sólo las ruinas de sus casas, y de cuyos habitantes no se tiene memoria, ni por los papalutecos, ni por ningún habitante de otro poblado vecino. Sin embargo dicen que se fueron porque animales salvajes mataban a muchas personas. Pueblo Viejo, es el nombre con el que se le conoce a estas ruinas. Y cuentan que en la cúspide del Cerro de la Campana está la Cueva del Ladrón, donde se encuentra escondida esta campana, la cual, si se presta atención, en los días de Semana Santa se puede oír sonar.

Continuando con la fundación de Papalutla, se dice que fueron las familias Cisneros, Rosales, Olivera y Arias las que, ya asentadas, decidieron fijar por nombre el de San Miguel Papalutla, para sí estar acorde con la religión católica.

Desde entonces hay conflictos agrarios, pues primeramente se asentaron en tierras pertenecientes a Santo Domingo Yolotepéc, hasta que en 1894 el Ayuntamiento de Huajuapan de León le otorgó las escrituras que acredita a la comunidad como legítimos propietarios de sus tierras. Sin embargo, Huajuapan le impuso a Papalutla una cooperación anual que se terminó hasta 1949. Por su parte y cinco años antes, en 1944, Santo Domingo Yolotepéc pretendió recuperar esas tierras, con lo cual se inició un conflicto en el entonces Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, hoy Reforma Agraria, mismo que terminó hasta el 29 de septiembre de 1969, con la resolución del presidente Gustavo Díaz Ordaz a favor de Papalutla.

En 1927 Papalutla compró el paraje Encinos Largos “a los caciques de Santo Domingo Tonalá, llamados Marcos Moya y Librado Ríos […], por lo que es muy necesario dar a conocer a nuestra juventud que nuestra legítima jurisdicción consta de 3’947 hectáreas”, según los escritos de don Juventino.

Pero ahí no termina el conflicto agrario. Con la compra de Encinos Largos algunos papalutecos se separaron del pueblo para instalarse en las orillas, pero aun en tierras comunales de Papalutla. Ellos son conocidos hoy en día como Cerro de Agua, y desde su separación no aportaron ni sus servicios a la comunidad ni las cooperaciones para el pueblo, por lo que en la resolución presidencial del 69 no aparecen como beneficiarios de las tierras entregadas a Papalutla, los cual molestó sobremanera.

Decidieron impugnar la resolución en el 70. Desde ahí comenzó un conflicto que terminó a finales de 2010.

EL SOBORNO Y LA DECADENCIA

Por otro lado, se puede decir que la decadencia de Papalutla se dio en un acto de soborno.

Los papalutecos, en 1942, construyeron a fuerza de pico y pala una calle de 9 kilómetros, rasgando la falda de los cerros hasta el paraje Encinos Largos. Esto con la ilusión de que por ahí pasara la carretera hacía Tonalá, pero cuentan los ancianos que el poblado de San Marcos Arteaga sobornó a las autoridades para que cambiaran el proyecto original, que contemplaba comunicar a Papalutla, para que mejor pasara por San Marcos.

Hoy en día San Marcos es una colorida población que creció a orillas de la autopista federal, mientras que para llegar a Papalutla hay que recorrer por media hora un reptante camino de terracería que bordea un barranco.

EL SEÑOR DEL DIVINO CONSUELO

Otra fecha histórica para los pobladores de San Miguel Papalutla es el 30 de enero de 1905, fecha en la que se recibió “la efigie del Cristo crucificado en el paraje denominado Cerro Colorado”.

A la figura se le conoce como el Señor del Divino Consuelo. Fue comprado por la llamada Sociedad Agrícola, que ante el gobierno representaba a los terrenos de Papalutla.

Cuenta don Juventino que la madera con la que se construyó la cruz en la que yace crucificado este Cristo “fue sacada de una de las cañadas del paraje Portezuelo Hondo, y extraído del árbol que llamamos Ocote”.

La figura fue esculpida por el artista Guadalupe Pastrana, oriundo del poblado Chila de las Flores, en Puebla.

Durante 31 años celebraron cada aniversarios del Divino Consuelo el 30 de enero, hasta que en 1936, con la modernización de la iglesia, las autoridades eclesiásticas determinaros que ese festejo debía darse dentro de la cuaresma fijando así el segundo viernes de cuaresma como fecha litúrgica para venerar la imagen.

Año con año, la festividad revive al pueblo, mismo que actualmente consta con aproximadamente 90 habitantes, pero en cuaresma llegan a más de 450 personas. En esta fiesta el ambiente es muy relajado, pues el 80% de las personas seguramente son parientes de sangre, 10% familiares políticos y el resto amigos y vecinos de los poblados cercanos.

Entonces el pueblo es adornado con flores desde el miércoles, porque desde entonces comienza la fiesta. Para el mero viernes ya hubo jaripeo, baile con música de viento, toritos de lumbre y mucha cerveza. Luego sacan de la iglesia al Señor del Divino Consuelo, una cuarteta de hombres lo cargan en los hombros mientras recorre la única calle principal del pueblo. Las demás personas esperan a los extremos del camino, rezando. La efigie recorre lenta y solemnemente Papalutla y termina en la iglesia, donde permanecerá hasta el próximo año.

Los ancianos dicen que en épocas de la revolución el Señor del Divino Consuelo sudaba como si estuviera vivo.

La fiesta sigue hasta el domingo, y es en este contexto donde siempre se escuchan leyendas, anécdotas y explicaciones. Animadas por el gusto de verse, las familias se reúnen y comienzan a contar.

LAS NUPCIAS

Mis abuelas, paterna y materna, cuentan cómo se casaron:

La fiesta era para todo el pueblo. Y el novio debía regalar no un vestido de novia, ni dos, sino todos los que pudiera comprar, porque era una forma de medir la importancia de las nupcias.

“Cada vestido valía una fortuna”, dicen mis abuelas sin poder medirlo en pesos actuales, y sólo refieren que con cinco mil pesos de ese entonces ya tenías solucionada tu vida.

Durante la boda, las señoras hacían una especie de pasarela de modas, porque se cambiaban y lucían cada uno de los vestidos regalados por el novio. Pregunto entonces cuántos vestidos le dio mi abuelo Damián, Lola sólo sonríe.

También me hablan de la revolución. Amalia cuenta que cuando los veían venir, las mujeres eran escondidas en cuevas para evitar que los zapatistas se las llevaran o las violaran. Aunque recuerda que su prima fue tomada. El padre de esta mujer quiso rescatarla pero fue encañonado, ante lo cual su hija le dio que no se preocupara, que ella se iba con la revolución y volvería cuando terminase. Nunca regresó.

Además recuerda que cuando se enteraron que los zapatistas se llevaban las campanas de las iglesias para forjar las balas de cañón escondieron las de Papalutla.

Por su parte, Lola recuerda que los rebeldes le encargaron a su abuelo un chivo en barbacoa para la mañana del siguiente día. Cuando regresaron y encontraron el horno aun cerrado y los platos vacíos, decidieron ahorcar a mi tatarabuelo.

Historias como estas son las que dan vida al pueblo. Aquí hay narradores innatos, contadores de historias que si de literatura se tratase los clasificaría en el realismo mágico. Subí al cerro del Abrojo, y en el camino un pastor viejo y casi ciego me interceptó. Guiaba a las cabras con ayuda de unos perros. Me reconoció cuando le dije que era el hijo de César Martínez. Entonces me contó qué él siempre ha estimado mucho a mi padre, que una vez, cuando César estaba borracho, alguien le iba a pegar por la espalda, inmediatamente él brincó y derribó al agresor antes de que diera con la nuca de mi padre.

No es por presumir –dijo– pero en mi familia somos muy fuertes; mi padre podía levantar a dos hombres, uno en cada mano, así, y luego ¡plaf!, aventarlos sin ningún esfuerzo, como si fueran muñecos de trapo. Añadió una carcajada de emoción.

Narraciones e historias hermosas que en voz de los propios ancianos toman un significado más importante, más a licor añejo. Ver sus ademanes vigorosos como sus recuerdos, pero con la tierna torpeza del anciano, es muy emotivo.

Poder reconstruir la historia de un pueblo a través, principalmente, de la memoria de sus ancianos no es una empresa fácil, pero seguro debe valer la pena.

noviembre 16, 2010

Boom de la literatura del narco

Por César Martínez

En México la violencia, o al menos la percepción de la misa, ha incrementado desde que Calderón lanzó su “guerra” contra el narcotráfico el 7 de diciembre de 2006, tan sólo unos días luego de su investidura como titular del Poder Ejecutivo federal.

Tan sólo en 2010 se contabilizan más de 10 mil muertos a causa de la “narcoviolencia”, según el Ejecutómetro que realiza el periódico Reforma. A esta cifra, que no fue desmentida por el Gobierno de México, hay que agregarle los 22 mil muertos (desde el inicio del mandato de Calderón) que el Secretario de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván Galván, reportó el 12 de abril de 2009 a la Cámara de Diputados en un informe confidencial que fue filtrado a los medios de comunicación.

Además, durante el actual sexenio, Ciudad Juárez, en Chihuahua, se reafirmó como la región más peligrosa del mundo con una taza de 101 homicidios por cada cien mil habitantes, reportado en enero en el Informe del estado de la seguridad pública en México, de la Secretaría de Seguridad Pública. Y es la segunda nación más peligrosa para ejercer el periodismo, apenas después de Irak; pero la número uno si se habla de naciones que no están en guerra con otros países.

Por eso no es de extrañar que el narcotráfico haya permeando nuestro tejido social. A casi todo se le ha añadió el prefijo narco: narcocorrido, narcopolítico, narcoabogado, narcocultura, narcoliteratura. Lo narco está por todos lados.

Música: con los corridos de grupos como Los Canelos de Durango, que componen sus loas a capos de lo que ven y no sólo de lo que escuchan, según se lee en el libro de Diego Osorno El cártel de Sinaloa. En la moda: donde botas de piel de avestruz, camisas de Versace, sombrero, jeans de mezclilla y cinturones con grandes hebilla son todo un código de identificación más que una simple forma de vestir. La religión no se escapa, desde un santo católico como lo es San Judas Tadeo hasta la veneración a la pagana Santa Muerte, pasando por el bandido milagroso Malverde, son algunas de las figuras a las que no pocos narcotraficantes se encomiendan, pero los más exóticos llegan a prácticas santeras de verdadero horror, como la que relata Sergio González Rodríguez en El hombre sin cabeza: “fumarse el muerto”, que consta en mezclar la ceniza del recién incinerado con polvo de cocaína e inhalar fuerte.

En un nivel más periférico, es decir donde ya no es precisamente el narcotraficante quien realiza los actos, el tema es abordado en obras de teatro, como Sicario (2009), dirigido por Felipe Fernández del Paso y con Emiliano Salinas, hijo del ex presidente de México, como productor asociado; en exposiciones artísticas, como la de Rosa María Robles, en Sinaloa, titulada Alfombra Roja (2008), en la cual los visitantes caminaban sobre mantas llenas de sangre que cobijaron cadáveres de personas asesinadas por narcotraficantes, sangre real que trataba de hacer la analogía con las alfombras rojas por las que caminan las grandes estrellas de Hoolywood; y en la literatura, con Malasuerte en Tijuana, de Hilario Peña, Corazón de Kaláshnikov de Páez Varela o Entre Perros de Alejandro Almazán, éstos dos últimos, periodistas; los tres libros publicados en 2009. Estos por hablar de libros meramente literarios, porque de enlistar los que son de investigación sobre el mismo tema tendríamos que agregar otros pares de títulos para ese mismo año.

Y es que en los medios de comunicación el narcotráfico fue apareciendo como una fuente más. Y en las redacciones se fue creando la figura del periodista especializado en el tema. Si Tal reportero cubre el Congreso y Cual las actividades del Presidente, hoy se puede hablar que Ricardo Ravelo, Alejandro Almazán, entre otros, cubren el narcotráfico.

Pero es una fuente peligrosa. Si se habla de más, si se hace quedar mal a un grupo y en general si no se respetan ciertos cánones del narco, la vida del reportero corre peligro.

“Cuando sabes de más te arriesgas a que te maten, por eso, por saber de más. También te arriesgas si te quieres meter a saber. Te puedes dar cuenta de muchas cosas, pero no debes ni comentarlas, ni decirlas, ni preguntar”, explica Sandra Dávila, en La Reina del Pacífico, a Julio Scherer.

Por ello, algunos periodistas se han refugiado en la literatura para exorcizar las historias que no pueden aparecen en las planas de los periódicos, pues a veces se les da demasiada importancia a los diarios y se piensa que todo lo que en ellos aparecer es verídico. Pero en una novela, en un cuento eso no pasa, “hay más libertad”, dijo Alejandro Almazán en entrevista radiofónica sobre su libro. En la literatura quien escribe puede contar la realidad, modificar nombres y hasta rasgos, y no habrá esa presunción de realidad de la que se ufanan los diarios.

Pero también han abordado el tema escritores de profesión, como Elmer Mendoza o Carlos Fuentes, con su libro La voluntad y la fortuna, que inicia: “Soy la cabeza cortada número mil en lo que va del año en México.”

En su caso, Hilario Peña no es periodista ni escritor, sino capataz en una maquiladora de capital asiático, según se reseña en la solapa del libro que publicó bajo el sello de Literatura Mondadori.

Curiosamente la mayoría de estos escritores y periodistas son del norte: Elmer de Culiacán; Paez Varela de Ciudad Juárez, Hilario Peña de Mazatlán aunque vive en Tijuana; Diego Osorno de Monterrey.

Las expresiones artísticas, y en particular la literatura es un reflejo de lo que acontece en la sociedad. Al hablar sobre su novela durante una entrevista para Milenio, Alejandro Almazán dice que es “narco puro, violencia letal, la historia, pues, contemporánea de este México”. Ahí está. Analizar quién está escribiendo estos libros, qué se cuenta en ellos, cuáles son los lugares en común, cuáles son las intenciones de quienes escriben y quiénes leen esta literatura y qué les deja, ofrecerá una radiografía que no se plasma en celuloide sino en letras. Un fenómeno que bien se podría llamar el boom de la narcoliteratura. Una fotostática de lo que en algunos países llaman Narcoméxico.

octubre 25, 2010

Retraso de un año en obras viales de Periférico Oriente

Por César Martínez

Al oriente de la Ciudad de México, sobre el tramo de Anillo Periférico llamado Calle 7, existen dos obras viales inconclusas que afectan a comerciantes, transportistas y a miles de ciudadanos que a diario cruzan del Estado de México al Distrito Federal y viceversa.

El distribuidor vial de Calle 7 y Avenida Chimalhuacán, que comunicará a la delegación Venustiano Carranza y el municipio de Nezahualcóyotl, tendría que haber estado terminado el 22 de julio de 2009, según el proyecto original.

Sin embargo, actualmente sólo se han montado las estructuras metálicas de los primeros metros de las rampas que tendrá el distribuidor sobre Periférico, Chimalhuacán y Avenida Río Churubusco, según se pudo observar es un recorrido por la zona.

Desde que se inició esta obra a finales de 2008 se redujeron los carriles en Calle 7, dejando en unos tramos sólo un carril libre para cada sentido de la circulación.

Comerciantes de la Avenida Chimalhuacán, la cual se encuentra cerrada a la circulación en su cruce con Periférico, piden que del Fondo Metropolitano les den ayuda económica para poder pagar la renta de los locales.

“De poco más de 50 comercios que éramos en la zona sólo quedamos unos 20”, aseguró Rafael Mendoza Ochoa, dueño de una refaccionaria y quien ha encabezado los reclamos de los vecinos ante distintas autoridades.

En el Palacio Municipal de Nezahualcóyotl, comentó Mendoza Ochoa, les dijeron que ese tipo de ayuda no le corresponde al municipio.

“Sólo vendo el 20% de lo que vendía hace año y medio”, relató Estela Recillas Munguía, dueña de una tienda de pinturas.

Ambos explicaron que los comercios que no han quebrado son los que tienen más de 20 años de antigüedad, lo que les permitió hacerse de una clientela que a pesar de las obras viales acuden a sus negocios.

La licitación de este distribuidor vial fue ganada por la constructora Proyectos y Desarrollos de Infraestructura, la cual informa en su página de internet que fue creada en 2007 para consolidar una alianza con la empresa Gutsa.

En julio de ese mismo año el diputado perredista Humberto Zazueta Aguilar solicitó ante el pleno de San Lázaro la suspensión de permiso de construcción de Gutsa, acusándola de irregularidades en algunas construcciones en las que había participado.

A siete cuadras de la Avenida Chimalhuacán se construye el distribuidor vial de Pantitlán, que inició obras el 26 de enero de 2009, dos meses de retraso respecto al contrato firmado en noviembre de 2008.

Aunque la obra tendría que haber estado lista el 19 de septiembre, según el proyecto original, actualmente al menos uno de los sentidos de la circulación del puente ya está en servicio.

Carlos Ponce, ingeniero de Grupo Collado que está a cargo del ensamble de las estructuras metálicas de los puentes, comentó que problemas con cables de alta tención y con ductos de agua retrasaron medio año las obras.

“Si no, sí hubiéramos terminado en tiempo”, aseguró.

Esta es una zona muy transitada, por ella circulan autobuses, microbuses y combis de las rutas 1, 9, 11, 22, 39, 47, 101, 102 y 103, además del RTP que recorre de Perisur hasta la Alameda Oriente del Bordo de Xochiaca.

Taxistas del lugar aseguran que antes se tardaban 10 minutos en cruzar Periférico, pero ahora a veces se llevan media hora o más.

En las calles aledañas a estas vialidades los vecinos han bloqueado el acceso a automóviles con cadenas o tambos rellenos de cemento.

Y en algunos casos piden dinero a los trabajadores del servicio público para dejarles cruzar por esas calles.

octubre 08, 2010

Vargas Llosa, el pez que regresó al agua



Israel Füguemann / Cronic-arte
07 de octubre de 2010
Se escribe para llenar vacíos, para tomarse desquites contra la realidad, contra las circunstancias.
por: Füguemann

Sólo la derrota que sufrió en las elecciones por la presidencia de su país (Perú), fue capaz de hacer entender a Mario Vargas Llosa (Arequipa 1934) que “el genio artístico o literario, no es, en ningún caso, garantía de lucidez política”.  El mundo lo necesitaba  más en las letras que en el gobierno, porque ahí tan sólo era “un pez fuera del agua” como lo relató en sus memorias un año después de su desafortunado descalabro.

Hoy a 20 años de haber perdido lo que en ese entonces aparentaba ser un sencillo triunfo ante Alberto Fujimori, un ingeniero agrónomo desconocido por muchos hasta entonces, Mario  Vargas Llosa llega al pináculo de su carrera al recibir el Premio Nobel de Literatura 2010 tras 47 años de la publicación de su primera novela La ciudad y los perros.

El hombre serio y de convicciones fuertes que a lo largo de su vida nunca temió afrontar las consecuencias de su ideología política, contraria al honor intelectual que la izquierda ofreció a muchos otros autores de su generación, se convierte en el sexto escritor latinoamericano en recibir este galardón, que sólo habían podido alcanzar figuras Gabriela Mistral (Chile), Miguel Ángel Asturias (Guatemala), Pablo Neruda (Chile), Gabriel García Márquez (Colombia) y Octavio Paz (México).

Vargas Llosa que alguna vez llamó al Partido Revolucionario Institucional (PRI) la dictadura perfecta, ha sido siempre un personaje polémico. Criticado por muchos y admirado por más, el autor de ensayos como “Desafíos a la libertad” (1994) aceptó en su momento debatir con el presidente venezolano Hugo Chávez al cual calificó de “dictador” como Fidel Castro, con el que en 1971 rompió relaciones luego de la detención del poeta Heberto Padilla y su esposa acusados de “actividades subversivas” contra el gobierno castrista.

Este carácter inamovible que lo ha caracterizado siempre, trató de desnudar a través de sus letras y libros el régimen corrupto del cual no sólo ha sido presa su natal Perú, sino la mayoría de los países Latinoamericanos. El reconocimiento lo ganó por la crudeza con que  retrata de los regímenes y sistemas políticos, que le valió, convertirse en el peruano más reconocido a nivel mundial y,  encabezar junto con un puñado escritores como Julio Cortazar, Carlos Fuentes entre otros, una de las glorias literarias más grande de éste continente, el llamado “Boom Latinoamericano”.

En los años que Vargas Llosa pasó de ser tan sólo un orador político en contra de la nacionalización de la banca peruana, durante el primer gobierno del actual presidente peruano Alan García, a convertirse en el candidato oficial del El Frente Democrático (FREDEMO) que agrupo varias corriente cristianas y de derecha; su nación había sufrido años atrás, el dolor y el derramamiento de sangre que la guerra entre el movimiento terrorista Sendero Luminoso y el estado peruano habían ocasionado tan sólo una década atrás un saldo de 70 mil muertos.

Perú fue en algún momento semillero ideológico de muchas de las corrientes más radicales de la izquierda cuando Vargas Llosa era periodista. Años después estas escuelas de pensamiento se convirtieron en el nutriente de guerrillas urbanas. Una de sus novelas más célebres “La guerra del fin del mundo” (1981) nació de la fascinación que Vargas Llosa  siempre ha demostrado a lo largo de su vida por el fanatismo, la complejidad y el peligro de lo que el denomina, “el impulso totalizador” del fanático, contra los cuales ha tenido que luchar, aunque sea de manera interna.

Vargas Llosa se sabe peruano pero se reconoce de vocación cosmopolita, se presume apátrida, y detesta el nacionalismo. El arequipeño ama intensamente su tierra, en especial la amazonía, aquella zona selvática de hartos bochornos y colores que nace al oriente de la cordillera de los andes.
 Su primer viaje a esta zona que ocupa 60% del total del territorio peruano, lo realizó a los 22 años de edad, a partir de esa  fecha el frondoso verde del Amazonas ha sido y es, la fuente más rica de material imaginativo de varias de sus novelas. Allí nació “Pantaleón y sus visitadoras”, obra que hace algunos años fue llevada a la pantalla cinematográfica; también es la cuna de “La casa verde” y “El hablador” novelas que forman parte de los 19 títulos de ficción que Vargas Llosa ha colocado exitosamente  en la mente de los lectores alrededor del mundo.

Traducido a más de 30 lenguas diferentes y galardonado con tantos premios, como libros tiene en su haber, entre ellos  el periodista, escritor , político y hoy profesor de filosofía de la escritura Princeton (Nueva Jersey) no esperaba ganar el Nobel, porque pensó que su figura había quedado en el olvido. Lo que quizás él olvido fue que,  “La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”.

septiembre 30, 2010

Homenaje póstumo al fundador del Ballet Folklórico de la UV


Por César Martínez Cisneros


El Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana y su homóloga de Colima brindaron, anoche, un homenaje póstumo al maestro Miguel Vélez Arceo, fundador de la primera, en el marco del Decimocuarto Festival Patria Grande.


Este año el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) dedicó el Festival, que ofrece lo mejor de la danza típica mexicana, in memóriam al maestro Vélez, quien falleció el 20 de junio pasado.


El mano a mano, como fue llamado el espectáculo, inició a las 18:30 horas en el Teatro Julio Castillo, donde primero el Ballet Folklórico de la Universidad de Colima presentó Perro de Fuego, Los Chinacos y Jaraberos de Nochistlán.


Luego de un intermedio, hizo su aparición la compañía de la Universidad Veracruzana (UV) con una variedad de danzas típicas y música de diversas regiones de ese Estado, aunque también de otros como Oaxaca, en el caso de La Bruja.


Finalmente, los bailarines de ambas universidades se mezclaron y danzaron juntos, hasta que un grupo de ellos formaron un círculo y alzaron manos y rostro hacia una fuente de luz.


Horacio Cantero Hernández, quien junto con Alberto García quedó al frente del Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana, explicó a REFORMA que esa luz representaba a Miguel Vélez, director vitalicio de la compañía.


Agregó que el rector de la UV, Raúl Arias Lovillo, les dio toda la confianza para que sigan con el proyecto, por lo que el Ballet continuará adelante.


Por su parte, Rafael Zamarripa Castañeda, director general y coreógrafo del Ballet Folklórico de la Universidad de Colima, destacó la importancia que Miguel Vélez tuvo dentro de la arquitectura de la danza tradicional mexicana.


“Los tesoros que nos entregó el maestro Miguel Vélez van a permanecer con nosotros muchos años, y espero que a partir de esta fecha nos preocupemos de que sus sabiduría y sus experiencias se impriman, se queden perennes”, deseó.


El teatro, con capacidad para mil cinco personas, lució lleno hasta las 23:50 horas, cuando terminó el evento, mismo que Carmen Bojórquez Tapia, coordinadora Nacional de Danza del INBA, calificó de “maravilloso en todos los sentidos”.

septiembre 17, 2010

ORGULLO Y ABUCHEOS EN EL BICENTENARIO

Por César Martínez

Bajar las ideas de la cabeza al papel no es fácil, pues ello implica tomar una postura. Durante todo este año, y con más intensidad en los últimos meses, hemos escuchado o leído mucho sobre el bicentenario de México en los medios de comunicación. Los oficialistas diciendo por qué sí había que festejar. Los reventadores diciendo por qué no. Los más sensatos invitaban a la reflexión. Cada uno dice sus argumentos y parecen tener toda la razón. Por eso te pido que antes de continuar leyendo te detengas y tomes una postura seria y comprometida con lo que tú crees: conmemorar o no los doscientos años del inicio de la revolución independentista.

Es difícil tomar una postura al respecto. Hay dos muy sencillas: una es decir que no hay nada que celebrar, que los millones gastados en la fiesta del 15 de septiembre mejor se hubieran invertido en escuelas, hospitales; la otra es repetir que somos una nación grande e incluso que las festividades cubrieron las expectativas. Pero no se tiene por qué ser tan radical. En México parece que todo lo polarizamos: o estás conmigo o contra mí. No todo es así.

Yo sí creo que era necesario recordar que hace 200 años hubo un movimiento social armado que logró la independencia de lo que hoy es México. Importante recordar que otro movimiento social armado logró también cambiar las cosas hace un siglo. No olvidar que son los movimientos sociales los que pueden cambiar las cosas.

Era imprescindible el despilfarro porque además habría una cohesión de identidad nacional. Eso es lo importante. Si nuestros gustos, nuestra familia, las experiencias logradas durante la vida, si nuestra identidad como individuos nos definen frente a otras personas, la identidad nacional nos reafirma como país independiente. Y si no hay esa identidad (como de hecho se está perdiendo), México se vuelve más vulnerable frente a cualquier amenaza, externa o interna.

Pero el pueblo no es pendejo. El despilfarro caló sobre todo porque no cubrió las expectativas.

He leído columnas y escuchado a conductores de televisión que insisten en que los festejos fueron impresionantes, que fue un momento de unión nacional y de esperanza. He platicado con las personas de a pie e incluso estuve en la plancha del Zócalo, y me he dado cuenta que más allá de lo que diga la televisión no fue así.

Los espectáculos presentados frente a Palacio Nacional el 15 de septiembre fueron de muy baja calidad. Y la gente lo notó. No éramos expertos, no éramos críticos de ópera, pero sabemos identificar cuando nos quieren dar atole con el dedo.

Unos mariachis clown (así fueron presentados) quisieron entretener a las personas, pero recibieron un abucheo masivo. En el sonido pusieron el tema oficial del bicentenario, pero en el zócalo mejor entonamos, impresionante, el Cielito lindo. Nos querían poner a bailar el tema oficial, pero todos gritamos “fuera-fuera”. Se levantó al Coloso, y más abucheos multitudinarios. El clima era de fastidio, aburrimiento, decepción. Incluso surgió esporádicamente la propuesta cantada de “va-mo-nos al ángel, va-mo-nos al ángel”. Y mejor nos entretuvimos cantando y haciendo la “ola”. La llegada del primer carro alegórico y uno o dos shows (no más) apaciguaron un poco los enojos.

Cuando en las pantallas gigantes se transmitía a Calderón recibiendo la bandera para salir a dar el grito, hubo algunos abucheos y rechiflas, pero mucho menos de los que yo hubiera esperado. Y cuando salió al balcón hubo más aplauso y hurras que otra cosa. El presidente tocó la campana y dijo los nombres de los héroes nacionales. La gente respondió con enjundia en cada ¡viva! Y para México los vivas fueron aun más fuertes. La voz de un niño menor de 10 años me llegó y (sin ganas de ser cursi) me dio orgullo ser un mexicano que procura mejorar a su país.

Federico Reyes Heroles tenía razón, no hay que confundir a México con el gobierno. Son dos cosas distintas. Y el festejo del bicentenario de México fue un fiasco porque el gobierno tenía que organizarlo, no quería, no tenías ganas, pero tenía que hacer algo.

Nosotros no nos podemos quedar igual. Hay que festejar y conmemorar de alguna forma. La que queramos, pero hacerlo buscando la unidad ciudadana. Acaso la unidad nacional, si no ¿para qué somos un país?

septiembre 08, 2010

FESTIVAL PATRIA GRANDE – MIGUEL VÉLEZ ARCEO

Por César Martínez

Los mejores bailarines y las mejores compañías de danza folklórica en México se están presentando, a lo largo de este mes, en la edición XIV del Festival Patria Grande, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que como cada año se presenta en el Centro Cultural del Bosque, en la capital del país, a espaldas del Auditorio Nacional.

Desde el 3 de septiembre y hasta el día 29 del mismo mes, los bailes típicos que distinguen con propia identidad a México frente a otras naciones, son representados con danzas estilizadas y coreografías modernas, pero respetando los ritos, vestimentas, objetos simbólicos y sobre todo ritmos y bailes de cada cultura del país.

De esta manera lo mismo se puede ver la sonorense danza del venado que un huapango veracruzano, o la sandunga de Oaxaca con una coreografía de la región.

Esta ocasión, además de enmarcarse en la conmemoración de los 200 años del inicio de la independencia, el Festival Patria Grande está dedicado in memóriam al maestro Miguel Vélez Arceo, fundador y director del Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana, una de las compañías más reconocidas de México, quien falleció el 20 de junio de este año.

El maestro Vélez, oriundo de Oaxaca, egresó de la primera generación de la Academia de la Danza Mexicana del INBA. Su actividad fue intensa, dirigió, por ejemplo, el Ballet del IMSS y creó el Ballet Costumbrista de Puebla, aunque fue en Veracruz donde sobresalió con diversas acciones, como la fundación del Departamento de Educación Estética para el estado y del Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana, además fue asesor del Taller de Reconstrucciones Etnográficas en la misma universidad, entre otras cosas.

Se destacó por ser un investigador de campo de la cultura mexicana, pues para montar sus coreografías él mismo recorría las regiones autóctonas, con lo cual procuraba mantener lo más puro posible la tradición popular.

La última presentación, según el programa del Festival Patria Grande, coincide con el que sería el natalicio número 82 de del maestro Vélez, un día antes, el 28 de septiembre, el Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana, del que fue director vitalicio, tendrá su participación en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque. Está presentado como un mano a mano con la Universidad de Colima, por lo que se espera un excelente y emotivo espectáculo.

El éxito que ha tenido el Festival Patria Grande ha llevado a que cada año más compañías se interesen en participar. En esta ocasión son 20, entre las que destaca la del Instituto Politécnico Nacional pues con su presencia se abren las puertas de su Centro Cultural Jaime Torres Bodet, mejor conocido como El Queso, y otro auditorio en la unidad del Casco de Santo Tomás, con lo que se puede llegar a un auditorio más amplio.

agosto 18, 2010

SIN ESTRATEGIA NO HAY GUERRA

Por César Martínez


En México aun hay voces que ven en el uso de las armas la única vía para pacificar al país. Y es más, nos dicen que devolverle la tranquilidad a los ciudadanos “no puede hacerse sin sufrir muertos”, que la violencia en la que vivimos es “totalmente lógica e inevitable”.

Claro, esa es la visión de Joaquín Villalobos, ex guerrillero de El Salvador, quien en los gobiernos panistas ha sido asesor de la Secretaría de Seguridad Pública y la PGR. Pero si escucháramos a un sociólogo, como Luis Astorga, investigador de la UNAM, nos diría que la “razón de Estado” para emprender la lucha contra las drogas es una abstracción que nace de una declaración pública, y que “hay gobiernos que estarían tentados a invocar la ‘razón de Estado’ para asignarle un contenido opuesto al del combate al tráfico de fármacos prohibidos”.

El texto más reciente de Villalobos, publicado este mes, es un ensayo que pretende que el lector, primero, se meta bien en su cabeza que México está en guerra, segundo, que era necesaria y la violencia inevitable, tercero, que la actual situación no fue desatada por la acción de este gobierno sino por la inacción de los anteriores, y finalmente que esta guerra no se está perdiendo, aunque tampoco dice que se esté ganando.

Van más de 25 mil mexicanos muertos, pero de los cuales “aproximadamente el 90% corresponde a los cárteles”, vaya consuelo nos ofrece el ex miembro del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, de El Salvador. Qué importa que entre las vidas perdidas estén las de personas cada vez más jóvenes, al fin son narcos ¿no? Y al respecto, yo me pregunto cómo habrán contabilizado las autoridades a los jóvenes acribillados en Villas de Salvarcar, como civiles o narcotraficantes, porque con los estudiantes del Tec de Monterrey tuvo que salir la Comisión Nacional de Derechos Humanos para decir que los militares les sembraron sendos fusiles para hacerlos pasar como sicarios.

Lo preocupante del artículo es que “guerra” deja muy poco espacio para programas sociales. La guerra, desde la visión de Villalobos sólo se gana disparando más balas que el enemigo. Y no estoy en contra de que se combata a las bandas del crimen organizado, pero debe hacerse con un abanico extenso de medidas paralelas al enfrentamiento frontal: programas preventivos de salud pública, mejoramiento de la seguridad social, marcos legales que combatan el lavado de dinero, que definan bien el actuar de las fuerzas armadas en un marco de respeto a los derechos humanos y que mejoren los controles de confianza de los elementos de seguridad, transitar del combate masivo que deja eso que eufemísticamente llaman “daños colaterales” –y que no es sino la muerte de inocentes- hacia golpes quirúrgicos propinados por datos de inteligencia, hay que ampliar el debate sobre la legalización de las drogas; son algunas medidas que ya se han pedido.

Escribe Villalobos que “las victorias por ahora no pueden medirse por el fin o la disminución de la violencia, sino […] por las armas, el dinero y la droga decomisada; por las capturas de delincuentes; por la reducción de la infiltración en las policías; por los territorios que se van recuperando…”. Pues bien, ahí van unos datos:

· El propio Joaquín Villalobos da la primera cifra, dice que se han decomisado más de 400 millones de dólares a los cárteles de la droga en tres años. El Departamento de Estado, de Estados Unidos -según dijo Luis Astorga en el foro “Razones para debatir: drogas, cultura y sociedad” que organizó el Museo Tamayo el sábado 7 de agosto- estimó en mayo de 2010 que los cárteles mexicanos repatrían entre 8 y 25 mil millones de dólares al sistema financiero mexicano cada año. Es decir que tomando la cantidad más baja del estimado estadounidense, en tres años sólo se decomisó el 1.6% del dinero que lava el narco.

· Sobre el tráfico de armas Villalobos destaca 75 mil decomisos. El dato es significativamente mayor a las cantidades que históricamente ha logrado el gobierno mexicano, y sin embargo no sabemos qué porcentaje representa respecto a las armas ingresadas al país. Según el informe de política del International Drug Policy Consortium, El tráfico de armas de Estados Unidos hacia México (marzo 2010), “las autoridades mexicanas no han proporcionando una estimación de el número de armas ilegales en el país. Los datos se refieren a las armas incautadas en cateos, hallazgos, o enfrentamientos entre o contra delincuentes”. Y del otro lado de la frontera “el gobierno de Estados Unidos ha reconocido la imposibilidad de saber con certeza cuántas armas se introducen a México de manera ilegal en un año determinado”.

· Una investigación de Eduardo Guerrero Gutiérrez, quien ha sido asesor de la Oficina de la Presidencia de la República, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional y la Cámara de Diputados, muestra que el decomiso de drogas –marihuana, cocaína y heroína- se ha mantenido en los niveles promedio de los últimos 10 años, es decir que con esta guerra contra el narcotráfico no se han logrado más decomisos que antes.

· La misma investigación, publicada en Nexos de este mes, señala que “actualmente, todos los estado del país (salvo Tlaxcala) registran la presencia establecida de al menos un cártel en al menos uno de sus municipios. Entonces, ¿cuáles territorios recuperados?

Joaquín Villalobos regresó, después de su texto Doce mitos de la guerra contra el narco, con otro escrito que pretende justificar el desafío lanzado por Calderón cual moneda al aire. Habrá que preguntarnos ¿a quién le conviene más que siga la idea de una “guerra”? y ¿quién pierde si se establece –en lugar de la guerra- una política de Estado, como lo han pedio diversas organizaciones sociales?

junio 30, 2010

Monsi

La muerte de Monsiváis me impactó. No he leído ni uno de sus libros y sin embargo ese sábado 19 de junio mis ojos fueron dos charcos de mar. En realidad no supe a ciencia cierta el porqué de mi reacción, para mí Monsi era, fuera de su nombre, un desconocido. Sólo tenía claro dos cosas de él: era un amante de la Ciudad de México y siempre estaba del lado de los marginados. Eso me bastaba.

Hoy leo Proceso del 27 de junio y me encuentro con una sección de opinión monotemática, pero fabulosa y que se despliega ante mis ojos como la caja de pandora que fue de quien todos en esta edición de la revista escriben: Monsiváis. El primer texto, de Granados Chapa, me sorprende por la prosa del periodista que deja su rígido estilo y rigor empleados en Plaza Pública y se dedica, simplemente, a narrar, sin que esto merme la calidad periodística del trabajo. Chapa nos muestra una redacción de Excélsior, cuando lo dirigía Scherer, donde trabajó junto a Monsiváis y a veces se reunían con Ricardo Garibay. Tremenda estampa para un neonato habitante de las redacciones. Me deprime saber que eso ocurría cuando ellos frisaban mis 24 años de edad. Y me pregunto si alguien de mis contemporáneos podrá dejar un vacío tan grande cuando tengan 70, 80 años, Yo creo que no, me respondo a mí que me falta el rigor, la tenacidad, la paciencia, la capacidad de retención y de lectura de estos gigantes.

Del segundo texto, escrito por Axel Didriksson, rescato la promesa de un libro sobre movimientos sociales, cuyo recorrido de cien años termina en 2006 con el mega plantón. En su texto, Didriksson, sitúa a su amigo en su hábitat natural: lejos de los lujos y cerca de la calle, en específico dos sitios: su barrio de la colonia Portales, San Simón, y el emblemático Zócalo capitalino.

Sabina Berman tiene una pluma privilegiada con la cual nos explica a los que no sabemos que fue Monsiváis quien, en su crónica del terremoto del 85, No sin nosotros, forjó la palabra compuesta Sociedad Civil, dignificando y dándole mayor poder a lo que algunos llaman gente o pueblo. También Berman tiene unas líneas sobre Monsi que, ¡carajo!, qué bellas son: “Quería saberlo todo. Leerlo todo. Verlo todo. Analizarlo todo. Para luego escribirlo todo”. Una bofetada para todos los que creen leer mucho, para los que creemos escribir bien. Y nos sugiere, vía una anécdota, que Monsi le escribía los discursos López Obrador. El final de este excelente texto se los dejo como cereza en el pastel.

El último artículo sobre Monsiváis lo escribe Marta Lamas, donde en breve abre la venta de una faceta bien conocida pero poco explorada del escritor mexicano: su amor hacia los animales, hacia todos, no sólo a los gatos aunque sí más a ellos. Él estaba en contra de todas las injusticias, aun las que se cometían contra los animales, cuenta Lamas.

Todos los trabajos hablan del amigo, del amante de la ciudad y sus habitantes, de alguien que desde muy joven fue reconocido y obtuvo peso en los círculos intelectuales. Del Monsi que leía todo y escribía igual.

junio 08, 2010

RECUPERACIÓN ECONÓMICA, QUIZÁ; RECUPERACIÓN SOCIAL, NO

Las buenas expectativas económicas que el gobierno de México presume parecen ser respaldadas por el Fondo Monetario Internacional, quien en vos de su director general, Strauss-Kahn, sostuvo que América Latina manejó bien la crisis y retomó la senda del crecimiento en medio de la recuperación mundial.

Aquí, la recuperación es mucho más sólida, producto de una demanda interna vigorosa y del repunte del comercio internacional” afirmó Strauss. Pero advirtió que el crecimiento debe beneficiar a la mayoría, no solo a unos pocos, pues mediante un pujante crecimiento económico se podrán mejorar las condiciones de vida para todos.

Desde esta perspectiva deberá leerse la recuperación de la economía mexicana que según se muestra con los resultados de los principales indicadores de producción, exportaciones, demanda interna y empleo del primer trimestre de 2010.

Primero, no hay que perder de vista que el PIB durante 2009 sufrió una caída de 6.6%, mientras que el propio FMI prevé que la recuperación que tendrá México en este año será de 4%, por lo que por lo menos en este 2010 no se recuperará lo perdido.

Luego, de lo recuperado hay que analizar hacia dónde se están canalizando los recursos.

El reporte trimestral de la Secretaría de Hacienda da cuenta que de enero a marzo de 2010 el IMSS, institución dedicada a la seguridad social de los trabajadores, recibió 2.7% menos recursos que en el mismo periodo de 2009. Y no sólo eso, sino que gastó 6.2% más en el pago de pensiones y jubilaciones. De hecho, en este rubro de pensiones y jubilaciones, el gobierno federal gastó 14.5% más que en 2009.

El gasto corriente sigue aumentando.

De los 536 mil 556 millones de pesos del Gasto Programable Presupuestario del gobierno, en el primer trimestre de 2010 el 80.4% se usó sólo en gasto corriente. Esto es un incremento del 0.7% respecto a lo gastado en el mismo periodo del año anterior.

Y a pesar de las buenas expectativas, el desempleo incrementa.

Podrá sonar impresionante que “al 31 de marzo de 2010 el número de afiliados al IMSS ascendió a 14 millones 170 mil personas, nivel que implicó un crecimiento de 289 mil 903 plazas (2.1 por ciento)”, pero el mismo informe trimestral indica que en el periodo enero-marzo de este año la tasa de desocupación fue de 5.37% de la Población Económicamente Activa (PEA), esto es 5.02% más que lo reportado en el mismo periodo de 2009. Es decir que hoy hay más personas desempleadas que a inicios de la crisis económica mundial.

Según el INEGI, uno de cada diez mexicanos en posibilidades de trabajar (11.77% de la PEA) no lo hace o trabajó menos de 15 horas a la semana (Tasa de Ocupación Parcial y Desocupación). Otro mexicano (12.18% de la PEA) es explotado, esto es: no laboran jornadas completas, trabajan las jornadas pero ganan menos de un salario mínimo o ganan lo de un salario mínimo pero trabajando más de 48 horas a la semana (Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación). Y según el estudio del Tecnológico de Monterrey llamado Competitividad de los Estados Mexicanos 2010, tres de cada 10 mexicanos (28% de los trabajadores) están en el comercio informal.

Es decir, cinco de cada 10 mexicanos en posibilidades de trabajar no lo hacen, son explotados o trabajan en el comercio informal.

México puede estar en una espiral de recuperación económica, como afirma el gobierno, pero el uso de los recursos y la calidad de los empleos, que es lo que a los ciudadanos de a pie nos importa, y donde realmente sentimos la economía, no se ve que mejore.

abril 24, 2010

QUE LOS INGENUOS SE MUERAN DE MIEDO

No resistió y ya casi para terminar el concierto volvió hacer alusión a los ingenuos.

Desde que se paró en el escenario pasadas las ocho y media de la noche, recibido con la euforia de un Auditorio Nacional a medio llenar y que al final lució repleto, Joaquín Sabina parecía decir algo. Además de su distintivo sombrero negro, ese que se replica cada tanto entre sus seguidores, salió con un saco de camuflaje militar, y atrás, entre el cruce de las solapas, se asomaba un tímido signo de interrogación que implícitamente preguntaba ¿por qué?

Empezó con Tiramisu de Limón, una rola de su nuevo disco, Vinagre y Rosas, que vino a promover con esta gira a la que le quedan seis conciertos de vida. Desde el inicio, una señora allá abajo, en la zona de más de mil quinientos pesos, ya bailaba en su lugar. No faltó quien le hiciera segunda y tercera: se pararon, gritaron, aplaudieron.

Será que en México es mal visto ser capitalista aunque culturalmente somos más cercanos al norte del continente que al Caribe; o que simplemente los gobiernos de derecha se han puesto el pie ellos solos; o que en la Ciudad de México en verdad hay una arraigada ideología de izquierda; sea cual sea el motivo, a Sabina –que en sus canciones además de hablar de alcohol, amantes y drogas, lamenta que en la fatua Nueva York / da más sombra que los limoneros / la estatua de la libertad, y que apenas declaró que no firmará contra Cuba (por la muerte del opositor Orlando Zapata) mientras exista Guantánamo y persista el bloqueo–, a él, se le hizo sentir el cálido apoyo mexicano durante su último concierto en esta capital.

A penas un par de canciones y el cantautor dedicó el concierto a personas que son parientes directos de dos de los mexicanos que más admira, admitió: Paloma, hija de José Alfredo Jiménez, y Cuauhtémoc Cárdenas (fundador del PRD) “hijo de ¡Mi General!”. Y carraspeó un ¡viva México, cabrones!, que hizo vibrar al auditorio.

Luego el concierto se puso melancólico y tequilero con Boulevard de los sueños rotos, donde bien dice al cantar que “las amarguras no son amargas cuando las canta Chabela Vargas y las escribe un tal José Alfredo”. Aprovechó para recordar su admiración hacia la mexicana de más de 90 años. Calle melancolía y Vinagre y rosas, sencillo que da nombre al disco y a la gira, le siguieron.

Con su nueva corista, Mara Barros, a quien presentó resaltando que no tiene un gramo de silicona, realizó algunos performances, como el de la canción Medias Negras, donde la mujer se vistió de “cenicienta de saldo y esquina” bajo la luz de una farola y le robó el corazón al español. “En mi casa nada está prohibido”, presumió Sabina en Peor para el sol y me lo imagine esnifando “el último gramo”.

Recitó, como ya es costumbre en sus presentaciones, un poema antes de algunas canciones. Uno de ellos para enaltecer a México. Poema que erizó la piel. Si fuéramos entre los mexicanos como somos con los de fuera, que ven un país hermoso, seríamos otros.

Salió del escenario para, antes de hablar de amor, cambiarse esa chaqueta de apariencia militar por un frack negro.

El amor de Sabina es un amor difícil de comprender. Con eso de “yo que nunca tuve más religión que un cuerpo de mujer” y que por más que pueda dar la vida por alguien “sin embargo un rato cada día, ya ves, te engañaría”, la cosa se pone más difícil. Pero cuando cantó en Contigo que “amores que matan nunca mueren” tocó el corazoncito de todos esos, que como él, quieren ser bucaneros. Él sabe lo que es amar, de hecho se enamora con tanta facilidad que 19 días y 500 noches es lo que se tardo en aprende a olvidarla. Su forma de amar queda clara, cuando canta que Amor se llama el juego “en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño”.

El bohemio de sesenta y un años pesa como artista opositor. Quizá su canción más fuerte ideológicamente en este concierto fue Peces de ciudad, donde critica la avaricia de “la ley del tesoro en las minas del rey Salomón”. Y qué tal eso de que “en desolation row las sirenas de los petroleros no te dejan reír”. Y ¿será casualidad que se pregunte “cómo huir cuando no quedan islas para naufragar”, cuando en una canción (fuera de este repertorio) habla de “la boina mítica del Che? Por eso fue muy criticado, acusado de incongruencia, cuando fue a comer con Calderón a Los Pinos.

Una hora antes de terminar con su concierto, que duró casi las dos y media, comenzó con el juego de me voy y regreso al coro de ¡otra, otra!

Y en esa primer retórica del que mucho se despide pocas ganas tiene de irse, El Flaco, como le dicen de cariño, despejó dudas para quien considera que sus canciones son tristes. Explicó, a modo de disculpa, que los cuatro años de sequía se debían porque había caído muy bajo: era feliz. Y ya se sabe, dijo, que la felicidad es mala componer música. Además, continuó, las musas casi siempre están con Silvio.

Luego contó cómo su amigo Benjamín Prado estuvo ahí, y ahí era un bar, para Romper una canción (libro que narra cómo se escribió Vinagre y rosas) entre trago y trago hasta terminar en Praga. Y sonó Cristales de bohemia.

Se marchó y todos de pié no pararon de gritar, aplaudir, silbar, otra, otra, sa-bi-na, sa-bi-na. Y la euforia cuando reapareció. No faltó quien le gritara gracias.

La mayoría ya no se sentó. Y ahí fue donde sólo tuvo que cambiar una palabra. Entre un repertorio de ritmos rancheros, como el de Y nos dieron las diez. En Noches de boda cantó: “Que gane el quiero la guerra del puedo / que los que esperan no cuenten las horas / que los ingenuos (y lo dijo con enjundia y se oyeran algunos chiflidos) se mueran de miedo”. Y luego: “¡ay reata no te revientes, que es el último jalón!”. La letra continúa: “que las verdades no tengan complejos, que las mentiras parezcan mentiras, que no te den la razón los espejos, que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena”.

Terminó y en su rostro enorme, proyectado en las pantallas gigantes, se le veía gozoso y retador.

En el último vaivén pinponesco del músico y su público, Sabina remató con La del pirata cojo, donde dice que si tiene que escoger una vida elige la del capitán de un barco pirata. Tomó su sombrero y dio una reverencia abanicando todo el Auditorio Nacional. Las luces se encendieron. La gente no paró de aplaudir y luego, en menos de tres minutos, la mitad ya estaba afuera.


febrero 22, 2010

Contaminado, 90 por ciento de ríos en el DF


Noventa por ciento de los 40 ríos que abastecen la cuenca hidrológica de la Ciudad de México han sido entubados porque se han convertido en drenajes de aguas negras que desembocan en su mayoría en el Gran Canal del Desagüe; “el único que ha conservado su condición natural y que cuenta con un plan de preservación, es el río Magdalena”, aseguró Martha Delgado, secretaria del Medio Ambiente del Distrito Federal.

De acuerdo con la funcionaria capitalina, el principal problema se debe a la falta de un doble drenaje, “como sucede en casi todas las ciudades de América Latina; hacen falta dos drenajes, uno para fines domésticos, que ayude a disminuir la contaminación en ríos, y otro para arrojar los residuos industriales” aseguró.

En tanto, José Luis Hernández Dehesa, director del Atlas de Peligros y Riesgos de la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal, comentó que es posible planear la construcción de un tubo paralelo al sistema de drenaje que pueda separar las aguas negras de los ríos. “En el país se cuenta con un nivel de ingeniería hidráulica de primer nivel capaz de llevar a cabo una obra bien desarrollada de doble drenaje, el problema es que no se tiene el presupuesto para hacerlo”, precisó.

Hernández consideró que para evitar que los ríos se sigan desbordando a causa de las lluvias, lo mejor es entubarlos y poner en marcha sistemas de canalización, tratamiento y desalojo. “Dado que la mayoría de los ríos están contaminados, urge el entubamiento de los que aún se encuentran a la intemperie, para evitar desbordamientos y que se sigan generando más desechos y basura”, agregó.

Sin embargo, sostuvo que el proceso para entubar un río es complicado. “El tiempo que lleva construirlo es aproximadamente de un kilómetro por mes, generalmente se entuban a la altura del río, pero cuando se requiere excavar un túnel para bajar su nivel, como el que se planea en el río de La Compañía en Valle de Chalco, donde además se tienen problemas de hundimiento y se han tenido que elevar los bordos para incrementar su cauce y mitigar el efecto del asentamiento que hay en esa zona, implica más tiempo y mayor inversión”, aseguró.

De los 18 arroyos que fluyen en la Ciudad de México, sólo los ríos Churubusco, Consulado, de La Piedad y parte del de Los Remedios, convertidos en importantes circuitos y avenidas que recorren cerca de 83 kilómetros, se encuentran entubados bajo la ciudad; el resto tiene todavía pequeños tramos de corriente superficial que están expuestos a los altos índices de contaminación.

El entubamiento de los ríos de la ciudad se realizó a partir de los años 40 para evitar problemas de inundaciones y aprovechar la explotación de los recursos hídricos de la ciudad, además se buscaba impedir que los afluentes se usaran como tiraderos de basura, problema al que recientemente se enfrenta la mayoría de los arroyos del Distrito Federal.

“Procesar aguas residuales”
Hernández comentó que el principal problema de contaminación en los ríos se debe a los residuos que vierte una gran cantidad de industrias, “la explotación de los recursos hídricos con propósitos de consumo humano e industrial contaminan los ríos, por ello es importante que se logre que todas las industrias tengan sus propios procesos de aguas residuales”, precisó.

A través del Gobierno del Distrito Federal y del Sistema de Riesgos de la Ciudad de México, se trabaja en la creación de un mapa de industrias riesgosas, una base de datos que permitirá saber la cantidad de fábricas asentadas en la ciudad y cuántas de ellas deben tener sus propias plantas de tratamiento de agua.

“El mapa de riesgos brindará información necesaria para que las autoridades tomen decisiones sobre los riesgos sanitarios, la protección de la atmósfera y los aspectos hidrológicos de la ciudad”, afirmó.

El funcionario local garantizó que con este sistema se tendrá relación con todas las delegaciones para que ellas, a su vez, proporcionen información precisa y certera de las industrias contaminantes en cada demarcación, y que esto contribuya a disminuir la contaminación de los ríos en la capital.

México/Nancy Zamora

Publicada en Milenio Diario

Gastan 50 mdp al año en rescate del río Magdalena

Cada año se invierten al menos 50 millones de pesos en el programa plan maestro de rescate del río Magdalena, a fin de preservar los servicios ambientales, ecoturísticos y garantizar el abastecimiento de agua y la sustentabilidad del afluente que cuenta con una extensión aproximada de 20 kilómetros, informó Marta Delgado, secretaria del Medio Ambiente del DF.

Creado en 2008 por el Programa Universitario de Estudios de la Ciudad de México de la UNAM y la Universidad Autónoma Metropolitana, y con el apoyo de la Secretaría del Medio Ambiente local, el plan de rescate “es un ambicioso proyecto que incluye acciones de saneamiento hidrológico y restauración de los ríos Magdalena y Eslava, este último desviado hacia el primero, y cuya cuenca es de las más extensas”, afirmó.

Únicamente se aprovecha 20 por ciento del agua del arroyo, el resto se contamina con la descarga de aguas negras y basura, y termina en el drenaje de la ciudad. Con este proyecto, que forma parte de una iniciativa del Plan Verde de la Ciudad de México del gobierno de Marcelo Ebrard, se calcula que podrán aprovecharse al menos cinco metros cúbicos del agua del río.

La funcionaria capitalina comentó que el plan tiene un enfoque comunitario y tomará por lo menos diez años recuperar el río Magdalena. “Existe gran voluntad por parte del gobierno y de todos los actores que integran este proyecto para reencaminar los ríos de la ciudad hacia la sustentabilidad, sin importar el tiempo que se tenga que invertir”, dijo.

De acuerdo con Delgado, en la zona urbana que abarca prácticamente la mitad de la extensión del río, el deterioro es mayor porque se utiliza como drenaje. “Cada tramo tiene necesidades distintas, algunas partes del río requieren conservación, otras control de descargas de aguas residuales, asentamientos irregulares, diseño urbano y paisajístico; también de mobiliario urbano para contar con bancas y actividades recreativas”, expresó.

Las principales fases del programa son el manejo forestal de la cuenca alta, el saneamiento del cauce principal, la solución hidráulica para impedir que las descargas de las casas y del drenaje se vayan a los ríos y hacer que se dirijan a una planta de tratamiento, detener el crecimiento de la mancha urbana, implantar medidas de vigilancia para evitar la tala, mejorar el paisaje urbano, y crear espacios públicos que involucren a la población local.

Delgado sostuvo que el proyecto tiene una visión integral de restauración y conservación de los territorios urbanos y rurales del río Magdalena pero, principalmente, dijo, “es la voluntad de encaminar a la ciudad que queremos y esto nos va a demostrar que así como podemos deteriorar el aire, el agua y los suelos también podemos rescatar lo que ya hemos perdido”, agregó.

El río Magdalena nace en el cerro La Palma, en Magdalena Contreras, y desemboca en el drenaje de Coyoacán, es el último río vivo y natural que queda en la Ciudad de México, y también el único que cuenta con un plan de preservación para el aprovechamiento del agua de lluvia, la conservación de las aguas subterráneas y el tratamiento de agua residual.

Baja por el Parque Nacional de los Dinamos y entra con cauce abierto a la ciudad, a través de diversas colonias en la delegación Magdalena Contrera.

Atraviesa el Periférico hasta llegar a la presa Anzaldo, de ahí, gran parte del caudal se va al Interceptor Poniente y otra continúa su curso; en un tramo completamente entubado por avenida Río Magdalena, que atraviesa Revolución e Insurgentes.

Sigue entubado por Chimalistac, y a la altura del templo de Panzacola, en Coyoacán recupera el cauce abierto, el cual pasa por los viveros; más adelante se encuentra con río Mixcoac y ambos forman el río Churubusco, donde se vuelve a entubar.

- Claves

Van al drenaje

• Noventa por ciento de los 40 ríos del Distrito Federal han sido entubados porque se han convertido en drenajes que desembocan en el Canal del Desagüe; el único que ha conservado su condición natural es el río Magdalena.

• De acuerdo con el GDF, el principal problema es la falta de doble drenaje, “como sucede en casi todas las ciudades de América Latina: uno para fines domésticos y otro para arrojar los residuos industriales”.

México • Nancy Zamora

Publicado en Milenio Diario