abril 29, 2009

Suspenden vuelos a México indefinidamente

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México, 29 de abril de 2009.- Anunció Cubana de Aviación que suspende los vuelos desde y hacía México indefinidamente a partir del 4 de mayo. Los vuelos que habrá este fin de semana serán solo para mexicanos de ida, y de regreso solo para cubanos.

El Cuento de la influenza


por: Fuguemann

Hoy es lunes y a diferencia de lo que pensaba hace cuatro días, la cosa sigue peor. Lo primero que lo afirma es el aparato mediático que se ha volcado con toda su fuerza y ha generado más confusión y pánico en lugar de verdadera conciencia social. A la mayoría de personas que conozco la incertidumbre los ha capturado. Afortunadamente y a diferencia de lo que se dice en los medios de comunicación, no conozco a nadie que se haya contagiado de tan perversa enfermedad (influenza porcina), tampoco sé de alguien que conozca a otro alguien que se haya muerto o enfermado. ¿Qué curioso? Pero aún así el miedo persiste.

El temor se genera desde que salgo de casa. Yo, como la gran mayoría, uso diario el sistema de transporte público en todas sus modalidades (combi, metro, metrobús, trolebús, taxi, bicitaxi etc.) por esta razón sé lo que se siente viajar con tantas personas que al igual que yo seguramente irán prensando, ¿y si me infecto? ¿Y si este puto viejo panzón, pelón y barbudo que tiene los ojos rojos y llorosos que viaja a mi lado no está adormilado y sí enfermo? ¿O la güera nalgona que esta frente a mi tiene el virus? Por muy pinche buena que este, se la pela si ya la infectaron; dicen que esta chingada enfermedad porcina es parecida al comunismo, no distingue de clases sociales ni de ninguna otra división. ¡Ya me chingué!

Lo más gacho es la discriminación visual, los pocos que aún nos aferramos a no creer todo lo que se nos dice en la tele y en los medios, ya sea por falta de cultura o valemadrismo, pecamos de maléficos, o al menos así nos lo hacen saber las miradas. Al chile si no fuera tan condescendiente hasta los acusaba, o qué ya no se acuerdan que las miradas lascivas están prohibidas, ja, si para eso existen las leyes, si ya decía yo que nuestros senadores y diputados no ganan y trabajan tanto a lo pendejo. Y ahí vamos todos apretujados, dizque cuidándonos del contacto, ¡no mamen!, en lunes, a las ocho de la mañana y en el metro que es el mayor caldo de cultivo, eso es imposible, pero en fin que se le va ha hacer, el miedo es el miedo.

“Esta madre de la influenza, es como el pinche chupacabras o los lancheros náufragos, puras mamadas” decía un tipo bajito y bigotón que a mi costado viajaba. No cabe duda que la ironía y picardía mexicana son signos de la más alta lucidez. “A huevo, seguro nos la quieren volver a dejar Cayetano, pinche gobierno, ya ni la chinga, ¿y ahora que se van a tranzar?” le contestaba su acompañante. Pues será el sereno, pero de que algo extraño pasa, pasa.

Al llegar al trabajo después de una hora de arduo camino, bajo la reflexión de qué tan grave podría ser este extraño virus y sus consecuencias económicas y sociales, una extraña sensación invade el espacio. Tranquilidad inusual se respira en la oficina. Parece que la parcimonia de las calles se traslado a los centros de trabajo. El ausentismo es enorme, pero para los jefes nada tiene que ver la influenza: “son unos pinches huevones que agarran de pretexto esto para no venir” decía el licenciado Zamora. Las mujeres no trabajaron hoy por órdenes del sindicato, se enoje quien se enoje, la fuerza sindical pesa más que cualquier jefe encabronado.

Entre muchos, los saludos de contacto ya sea de beso o apretón de manos se evitan, por si las dudas, no vaya a ser la de malas y nos cargue la chingada. Muchos hacen caso omiso de todos los comunicados y recomendaciones que la Secretaria de Salud emite a todo momento. ¡Pinche Secretaria de Salud, pinche gobierno! Ahora si están espantados, primero porque en el país no se cuenta con la tecnología necesaria para detectar quien verdaderamente está enfermo del virus A H1N1 y no de otra cosa. Después, porque en ningún lugar del país hay laboratorios capaces de crear una cura efectiva. Pero hijos de la chingada, ya no se acuerdan que durante más de treinta años han dejado olvidado y pudriéndose el sector científico y tecnológico del país, basta con mencionar el raquítico 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) que le destinan a este rubro. Ni pedo, los que se van a hacer su agosto serán los laboratorios farmacéuticos, que para variar ninguno es mexicano. ¡México, que buenos somos! Hasta en la desgracia les damos a ganar a las transnacionales.

Pero ni modo, mientras sean peras o manzanas, la chamba es la chamba y alguien la tiene que hacer. Prendo la computadora e intento checar las noticias, influenza, influenza, influenza y más influenza ¡ah chingá! más influenza, no se habla de otra cosa, comprendo la importancia pero, ¿qué no pasa nada más? Y todos los temas pendientes, ¿ya se nos olvidaron? ¿o también están en cuarentena? Después de la extraña jornada laboral que para ser sincero hubiera transcurrido en calma de no haber sido por uno que otro pinche sicótico que me venía ha hablar de la influenza, como si no fuera suficiente tanto puto Terrorismo de Estado. Ya ni la chingan.

De regreso a casa puedo disfrutar de una ciudad tranquila donde la histeria parece haberse ocultado tras cada cubre bocas que veo a mi alrededor. Los restaurantes están vacíos, ellos sí que deben estar preocupados, el madrazo económico repercutirá en sus bolsillos más fuerte que un estornudo. Al llegar a casa noto a mi pobre madre que está preocupada, todo el día ha estado escuchando la radio, trata de ponerme al tanto de todo lo que ha dicho. Le digo que pare. Ni en mi pinche casa la influenza me deja en paz. Tanto desmadre me hace recordar a Orson Wells y su adaptación radiofónica de “La Guerra de los mundos”, este cabrón demostró hace 71 años la capacidad que tienen los medios de comunicación para generar una ola de pánico entre la población más domesticada. O bien la película Operación Ébola, el clásico filme gabacho, donde después de tanto pedo, aislamiento de la población y miedo, los científicos estadounidenses descubren la cura “salvan al mundo” y, como siempre, santo remedio.

Después solo queda ánimo para dormir, antes de hacerlo pienso y trato de reflexionar sobre todo el show que se aventaron este fin de semana, esperando que mañana todo este mejor…

Abro los ojos y sintonizo la radio, el pedo está más fuerte, hay más casos y más muertos. Curiosamente nadie da nombres ni plática con los familiares, parecen ser los fantasmas más reales de este mundo. Poco más de veinte muertos aterran más que los 18 asesinatos que se cometen diario en México a manos del crimen organizado. Que ironía.

Espero que esto de las epidemias no se nos haga costumbre, pues de por sí tenemos una memoria que suele olvidar demasiado pronto.
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Pequeños ciudadanos de dos clases*

Por Eileen Truax
Post publicado en su blog de migrantes en El Universal

Foto: Manifestantes en protesta por la deportación de Elvira Arellano. AP



Conmovedora, la imagen: los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de México, Felipe Calderón, caminando por una alfombra roja en Los Pinos durante la visita del primero a México, mientras decenas de niños agitaban banderitas de ambos países y aplaudían, y saludaban al visitante.

Un poco más tarde, mientras Obama daba su discurso, se supo que los niños elegidos para presenciar la llegada de Obama eran alumnos del Colegio Americano y del Westhill Institute, ambos en la Ciudad de México. Muchos de estos niños son nacidos en Estados Unidos o hijos de padres estadounidenses, por lo cual cuentan con esta ciudadanía. Durante el evento, los niños escucharon el Himno Nacional de Estados Unidos con la mano colocada sobre el pecho, como es la costumbre en ese país.

Sin embargo otros niños, también estadounidenses, no tuvieron un sitio de honor durante la visita de Obama. Fue el grupo encabezado por la activista migrante Elvira Arellano, deportada en 2007, y su hijo Saúl, ciudadano estadounidense, quienes acompañados por otros niños y jóvenes en la misma situación, hijos de padres deportados, realizaron una protesta frente a la Embajada de Estados Unidos en México mientras Obama visitaba Los Pinos.

El grupo, conformado por activistas de las organizaciones Familia Latina Unida sin Fronteras, Movimiento Migrante Centroamericano, y Nuestros Lazos de Sangre, entregó una carta dirigida a Obama en la cual los niños pidieron que, en nombre de la unidad familiar, cesen las redadas y las deportaciones en Estados Unidos mientras llega el momento de que el Congreso discuta una posible reforma legislativa en materia de inmigración, ofrecida por la propia Casa Blanca hace apenas unos días.

Un reporte del Pew Hispanic Center dio a conocer a principio de este año que más de 112 mil padres de familia migrantes han sido deportados desde Estados Unidos hacia sus países de origen durante la última década, lo que ha dejado sin un padre, o sin los dos, a más de medio millón de niños estadounidenses.

De acuerdo con datos del Departamento de Seguridad Interna (DHS), 37% de estos padres de familia ya habían sido deportados alguna vez, pero habían reingresado al país ilegalmente para poder estar con sus hijos. Otro reporte, realizado en 2007 por The Urban Institute, indica que los niños cuyos padres han sido arrestados durante redadas en centros de trabajo, quedando abandonados en guarderías y escuelas, o al cuidado de familiares y amigos, presentan daños psicológicos y emocionales irreversibles.

El tema de los derechos de los niños nacidos en Estados Unidos a vivir en su nación en companía de sus padres ha sido largamente debatido. En aras de mantener la unidad familiar, los grupos activistas han exigido que se instauren mecanismos que permitan a los padres indocumentados permanecer en el país, para que los niños que tienen el derecho a vivir en él por nacimiento, no queden fuera del núcleo familiar. Como respuesta, los grupos conservadores han impulsado medidas radicales en el sentido opuesto, buscando que se elimine el derecho a la ciudadanía estadounidense para los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en Estados Unidos.

Mientras los jaloneos políticos y legislativos siguen su curso, como lo han hecho durante años, estos chicos continúan siendo los afectados. Sus opciones son dos: o permanecer en el país que los vio nacer y crecer, el ·único que conocen, el que les puede brindar la estabilidad y seguridad a la que tienen derecho, o renunciar a él para poder ir a vivir al lado de sus padres en los países que los obligaron a migrar un día por la falta de oportunidades, y en los cuales, en la mayoría de las ocasiones, la situación es igual o peor que cuando decidieron abandonarlo.

Este último es el caso de la familia Arellano. Tras haber vivido durante 11 años en Chicago, y permanecido durante un año en Santuario, un templo de esa ciudad para evitar ser detenida por los agentes de inmigración. El día en que Elvira Arellano decidió salir y fue detenida. El arresto se hizo en Los Ángeles, en presencia de su hijo; Elvira fue llevada a Tijuana, en donde las cámaras de los medios mexicanos captaron la imagen de esta mujer saliendo sola, en medio de la noche y sólo con lo que traía puesto, por la puerta trasera del país en el que dejó el trabajo de sus años más productivos.

Hoy Saúl Arellano, de once años de edad, vive en Michoacán, en donde va a la escuela y trata de adaptarse a un país que aún le resulta extraño. Como los otros niños en su situación, Saúl no es bienvenido en las ceremonias oficiales estadounidenses, ni es invitado a agitar banderitas cuando llega Obama.

A diferencia de esos niños de los colegios para hijos de estadounidenses, si Saúl regresa a su país, no puede hacerlo con su madre. Y a diferencia de quienes aplauden a los presidentes caminando sobre alfombras rojas, lo que Saúl y los otros niños presentaron ante ambos gobiernos, no fue un aplauso, sino un reclamo de que cualquier negociación entre naciones considere primero el bienestar de todos los niños con doble nacionalidad, independientemente del estatus migratorio de sus padres. Porque en las democracias, se supone, no existen ciudadanos de dos clases.

Eileen Truax: "Estudié la carrera de Comunicación Social y la maestría en Comunicación y Política en la UAM-Xochimilco. Durante 10 años ejercí el periodismo en México, especializándome en la cobertura de temas políticos y movimientos sociales. Soy reportera para el diario La Opinión, y pertenezco a una comunidad de periodistas en 11 ciudades del mundo que componen la revista-blog Mundo Abierto.

En Estados Unidos me he dedicado a la cobertura de comunidades de mexicanos en el exterior, asuntos relacionados con inmigración."


La gripe Mexicana no es el chupacabras


HISTORIAS DE NADIE- Milenio Diario de Monterrey

Por Diego Enrique Osorno*

Que el gobierno aproveche la epidemia actual para sacar adelante algunas reformas legislativas polémicas o para posicionarse mejor en las próximas elecciones, es una posibilidad, no descartable. De lo que hay muy pocas posibilidades de que esté ocurriendo es que la epidemia de influenza haya sido inventada por las autoridades para distraer la atención mientras se imponen medidas dictatoriales a la sociedad.


No escribo esto como un acto de fe hacia los políticos, quienes bien merecida se tienen la incredulidad reinante hacia ellos, sino porque estos días he estado visitando el Hospital del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias en la Ciudad de México, donde se concentra la batalla actual contra la gripe porcina. La información que ronda por ahí, la cual no llega completa al conocimiento masivo de la gente, es preocupante e indica que existe una amenaza bastante real, lejos de las teorías de la conspiración que hay que decirlo también, en México algunas veces suelen confirmarse con el paso del tiempo.


Pero esta vez no es el caso. La influenza no es ningún “Chupacabras”. El lunes, la Organización Mundial de la Salud dejó a la gripe mexicana –como se le empieza a conocer a esta enfermedad- a un paso de convertirse en una pandemia. Para que una enfermedad sea definida como pandemia por el organismo internacional, ésta debe ser altamente transferible al grado de que sea imposible no ser contagiado por la enfermedad.


Entre 1918 y 1919 se desató en muchos países del mundo una enfermedad parecida a la actual, por la cual murieron 50 millones de personas, la abrumadora mayoría de ellos, los más pobres del planeta. El lugar donde se conoció el primer caso fue Fort Riley, un pueblo de Kansas, Estados Unidos. Tanto los Estados Unidos, como Inglaterra y Francia, decidieron nombrar a la enfermedad como Gripe española, no porque en España se hubieran registrado la mayoría de los casos o porque de ahí hubiera surgido, sino porque la pandemia recibió una mayor atención de la prensa en España que en el resto del mundo, ya que España no participaba en las escaramuzas de la Primera Guerra Mundial, por lo que no se censuró la información sobre la enfermedad.


Más allá de especular si la influenza fue creada por el Grupo de los 20 países más industrializados en su reciente cumbre en Londres, o si se trata de un extraño plan conspiracional acordado por Obama y Calderón en su reciente entrevista, o si es un asunto electoral y la prueba de ello es que los tapabocas son de color azul y no amarillos o tricolores, tendremos que estar atentos a que el gobierno actúe con la transparencia debida y sin ocultar información de interés público a la que tenemos derecho como ciudadanos.


En lugar de conjeturar, en estos días debemos permanecer alerta de la especulación rapaz con insumos médicos o sanitarios de alta demanda a causa de la amenaza epidémica. Los cubrebocas, que de un día a otro desaparecieron del mercado y se cotizan ahora hasta en un 800 por ciento más de su valor, son apenas una pequeña muestra de la inescrupulosidad con la que se comportan algunos buitres empresariales, en momentos como éste. ¿Quién o quiénes se harán millonarios a costa de esta desgracia? vale la pena no dejar de preguntarnos.


Otra cosa que bien vale la pena mirar con lupa en estos momentos es el servicio brindado por las dependencias públicas encargadas de combatir la contingencia. ¿Quién podría sentirse seguro en Oaxaca, con Ulises Ruiz comandando la lucha contra la epidemia? La igualdad en el trato y la no discriminación de la atención médica, debe ser garantizada para todos los pacientes y los enfermos. Tampoc es casual que en uno de los estados más pobres del país, Oaxaca, hayan brotado los primeros casos. La desigualdad social es la enfermedad que antecedió a la gripe porcina.


Para colmo, aquí en el Hospital del INER, la semana pasada desaparecieron algunos medicamentos antivirales, así como también los cubrebocas más reforzados que había. ¿Dónde están esos aditamentos?, ¿quién se los llevó a su casa o los repartió ilegal e irresponsable entre familiares y amigos cercanos?


La gripe mexicana no es El Chupacabras. Hay que estar alerta.


*Diego Enrique Osorno es reportero del Grupo Editorial Milenio desde el año 2000. Nació en Monterrey, Nuevo León, México en 1980. Estudió periodismo en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y ha hecho cursos de post-grado en Información y Guerra en la Universidad Complutense de Madrid. Es fotógrafo amateur y ha sido profesor en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Hace Diccionario del narco en www.elarsenal.net; y también publica el diario de viajes: www.ejerciciosdeaikido.blogspot.com