Noventa por ciento de los 40 ríos que abastecen la cuenca hidrológica de la Ciudad de México han sido entubados porque se han convertido en drenajes de aguas negras que desembocan en su mayoría en el Gran Canal del Desagüe; “el único que ha conservado su condición natural y que cuenta con un plan de preservación, es el río Magdalena”, aseguró Martha Delgado, secretaria del Medio Ambiente del Distrito Federal.
De acuerdo con la funcionaria capitalina, el principal problema se debe a la falta de un doble drenaje, “como sucede en casi todas las ciudades de América Latina; hacen falta dos drenajes, uno para fines domésticos, que ayude a disminuir la contaminación en ríos, y otro para arrojar los residuos industriales” aseguró.
En tanto, José Luis Hernández Dehesa, director del Atlas de Peligros y Riesgos de la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal, comentó que es posible planear la construcción de un tubo paralelo al sistema de drenaje que pueda separar las aguas negras de los ríos. “En el país se cuenta con un nivel de ingeniería hidráulica de primer nivel capaz de llevar a cabo una obra bien desarrollada de doble drenaje, el problema es que no se tiene el presupuesto para hacerlo”, precisó.
Hernández consideró que para evitar que los ríos se sigan desbordando a causa de las lluvias, lo mejor es entubarlos y poner en marcha sistemas de canalización, tratamiento y desalojo. “Dado que la mayoría de los ríos están contaminados, urge el entubamiento de los que aún se encuentran a la intemperie, para evitar desbordamientos y que se sigan generando más desechos y basura”, agregó.
Sin embargo, sostuvo que el proceso para entubar un río es complicado. “El tiempo que lleva construirlo es aproximadamente de un kilómetro por mes, generalmente se entuban a la altura del río, pero cuando se requiere excavar un túnel para bajar su nivel, como el que se planea en el río de La Compañía en Valle de Chalco, donde además se tienen problemas de hundimiento y se han tenido que elevar los bordos para incrementar su cauce y mitigar el efecto del asentamiento que hay en esa zona, implica más tiempo y mayor inversión”, aseguró.
De los 18 arroyos que fluyen en la Ciudad de México, sólo los ríos Churubusco, Consulado, de La Piedad y parte del de Los Remedios, convertidos en importantes circuitos y avenidas que recorren cerca de 83 kilómetros, se encuentran entubados bajo la ciudad; el resto tiene todavía pequeños tramos de corriente superficial que están expuestos a los altos índices de contaminación.
El entubamiento de los ríos de la ciudad se realizó a partir de los años 40 para evitar problemas de inundaciones y aprovechar la explotación de los recursos hídricos de la ciudad, además se buscaba impedir que los afluentes se usaran como tiraderos de basura, problema al que recientemente se enfrenta la mayoría de los arroyos del Distrito Federal.
“Procesar aguas residuales”
Hernández comentó que el principal problema de contaminación en los ríos se debe a los residuos que vierte una gran cantidad de industrias, “la explotación de los recursos hídricos con propósitos de consumo humano e industrial contaminan los ríos, por ello es importante que se logre que todas las industrias tengan sus propios procesos de aguas residuales”, precisó.
A través del Gobierno del Distrito Federal y del Sistema de Riesgos de la Ciudad de México, se trabaja en la creación de un mapa de industrias riesgosas, una base de datos que permitirá saber la cantidad de fábricas asentadas en la ciudad y cuántas de ellas deben tener sus propias plantas de tratamiento de agua.
“El mapa de riesgos brindará información necesaria para que las autoridades tomen decisiones sobre los riesgos sanitarios, la protección de la atmósfera y los aspectos hidrológicos de la ciudad”, afirmó.
El funcionario local garantizó que con este sistema se tendrá relación con todas las delegaciones para que ellas, a su vez, proporcionen información precisa y certera de las industrias contaminantes en cada demarcación, y que esto contribuya a disminuir la contaminación de los ríos en la capital.
México/Nancy Zamora
Publicada en Milenio Diario