febrero 20, 2009

Del narco y Periodistas



Por Füguemann

La búsqueda incesante de encontrar nuestro propio estilo, nos lleva muchas veces a caer en errores, baches que la misma vida nos enseña a esquivar sólo después de haber tropezado una y otra vez.

En el periodismo no es diferente, la amplia oferta informativa que opera y ataca desde los muchos medios de comunicación que existen (radio, televisión, prensa, internet, etc.) nos lleva a encontrar infinitud de puntos de vista. Algunos concuerdan con nuestra ideología y la manera en que vemos y entendemos el mundo; otras confrontan nuestras creencias y nos incitan a pensar cosas como jamás las hubiéramos pensado.

Los columnistas que hoy en día son parte fundamental en la estructura de los diarios, revistas y otras publicaciones, se enfrentan a un reto del que pocos salen victoriosos. Ser leído (para bien o para mal) implica convertirse en un líder de opinión, significa generar en el conciente de los lectores, una voz, una guía que ayude a transitar por el enredado mundo de la información y los datos.

Pero debe entenderse que los columnistas no son predicadores mi gurus de nadie. Son simples personas como tú y como yo, que han tenido la fortuna o el desatino de generar un pensamiento, o bien la construcción de un aparato crítico acerca de algún tema que sea del interés de cierto segmento de nuestra diversa población.

Temas existen muchos. La elección depende de la utilidad e interés del columnista así como del enfoque con que se quiera dar seguimiento a tal o cual noticia; o bien del ángulo con que se maneje la línea editorial donde se pretende publicar.

En la actualidad existen muchos columnistas, hay quienes llevan varios años y se han formado un público bien definido y, hay quienes vienen empujando fuerte, picando piedra con fuerza porque su juventud se los permite.

Uno de los problemas a los que se enfrenta un periodista, hoy, en México, es el de las represalias. Desgraciadamente no es novedad el ataque y las amenazas de que han sido objeto quienes escriben o trabajan en los medios.

Buscando en diversas publicaciones como lo son los diarios nacionales, podemos encontrar que muy pocos columnistas, por no decir que ninguno, tratan el tema del narcotráfico como eje central de su trabajo.

¿Será por miedo? o porque a muy pocos les interesa profundizar en éste tema.

Lo que es una realidad en el ámbito nacional son las noticias que involucran al narcotráfico, y al crimen organizado. Día con día vemos, escuchamos o leemos de ejecuciones, detenciones y decomisos de narcóticos y armas de grueso calibre o de uso exclusivo del ejército; pero nadie trata de llegar más allá de los comunicados que los medios oficiales dictan. Pocos son los que aparte de ejercer una crítica, investigan y citan nombres con base en su buen trabajo.

El caso de Jesús Blancornelas quien recibió en 2006 el Premio Nacional de Periodismo es de los más sonados y conocidos. Blancornelas que fuera fundador de la revista Zeta, fue blanco de un atentado planeado por el Cártel de los hermanos Arellano Félix en 1997. Cuatro disparos recibidos fueron el resultado de su labor periodística en temas del narcotráfico. Para su fortuna este atentado no le provocó la muerte.


Y como el de Blancornelas se pueden encontrar muchos casos más, en donde periodistas fueron atacados y acribillados a manos del crimen organizado. Dolores Guadalupe García, locutora de 91XHNOE, Raúl Gibb Guerrero, Director General de diario La opinión, son nombres que aparecen junto con el de varios en un reporte de la organización Reporteros sin Fronteras.

El pasado 12 de febrero fue asesinado Jean Paul Ibarra, fotógrafo del diario El Correo en el estado de Guerrero. Con este homicidio se llega a 46 periodistas asesinados desde 2006, según la Fiscalía especial para la atención de Delitos contra Periodistas.

Con estos casos no sólo de homicidios sino de impunidad, parece fácil imaginar porque pocos columnistas optan por la fuente del narcotráfico como tema a desarrollas en sus espacios.

Pregunto:

Si las autoridades se han visto rebasadas por las fuerzas que el narcotráfico ha tomado bajo displicencia de los gobiernos llámense priistas, perredistas, panistas u otros.

¿Quién podrá ayudar a denunciar estos casos que tanto adolecen a México?

¿Dónde está el valor periodístico?

¿A caso fue quedo enterrado por la censura impuesta, o peor aún por la autocensura?
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