El voto en blanco “atenta contra el pluripartidismo”
Por Genaro Rodríguez Navarrete*
“El voto en blanco reforzará el voto duro” y terminará por favorecer a los partidos grandes, en detrimento de las aspiraciones de las fuerzas políticas emergentes, advirtió en entrevista Octavio Nava Manrique. El especialista en asuntos electorales observa que en el país se experimenta una territorialización de los programas sociales y una operación político-electoral desplegada por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en la ruta de la elección federal del 5 de julio.
Politólogo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, con maestría en Administración pública por el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), Octavio Nava Manrique es comentarista en la emisión sabatina de “Víctor Carreón en Fórmula” que se transmite por el 104.1 de FM. Indicó que los futuros legisladores tienen pendiente la tarea de tomar cartas en el asunto de las campañas por Internet y confía en que el actual Instituto Federal Electoral (IFE) que preside Leonardo Valdés Zurita, enfrentará con eficiencia la encomienda de organizar el proceso electoral en curso, pese a los nubarrones del abstencionismo y el cuestionamiento al nuevo marco legal.
¿Qué es lo que se elige el 5 de julio?
El próximo 5 de julio concurren 11 procesos electorales locales con el proceso electoral federal. Se van a renovar la Cámara de Diputados en su totalidad: 300 diputados de mayoría relativa y 200 de representación proporcional. Habrá 6 elecciones para gobernador y otras 5 donde estará en juego, como en el DF, la renovación de la Asamblea Legislativa y las 16 Delegaciones, y en los otros casos, se renovarán alcaldías y Congresos locales. De esos procesos locales, las 6 gubernaturas que se renuevan serán de la mayor importancia. En este caso, el Estado de Nuevo León, San Luis Potosí y Colima. Y sin duda, las elecciones del Estado de México y del Distrito Federal representan para sus gobernantes, Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard, respectivamente, una oportunidad para legitimarse, para plebiscitar su ejercicio de gobierno y en esa medida potenciar sus posibilidades con miras hacia el 2012.
Este es un proceso electoral que se rige por la nueva ley electoral reformada en 2007, que regula incluso por primera vez las precampañas, ¿cuál fue la experiencia de este ejercicio previo? ¿Cómo se comportaron los partidos?
Efectivamente, en noviembre de 2007 fue aprobada por el Congreso de la Unión la nueva reforma electoral que esencialmente destacó un nuevo modelo de comunicación política. Es una reforma que se da a raíz de las elecciones de 2006, que fueron muy polémicas, en las que se cuestionaron muchos aspectos de la ley electoral. Esto obligó a un arregló electoral distinto y una de las cosas que ha estado aprueba es ese modelo de comunicación política. Las precampañas que iniciaron en febrero y terminaron en marzo, con una duración de 45 días, revelaron, desde el principio, una pugna entre la autoridad electoral y los medios de comunicación, en particular de las televisoras.
Las televisoras no han podido aceptar que el IFE, de acuerdo a la nueva ley electoral, sea el administrador único de los tiempos que el Estado tiene destinados para radio y televisión. Eso se ha expresado de diferentes maneras. Por ejemplo, la tónica de las precampañas fue en lo que se ha dado en llamar las campañas sucias. Sabemos que en 2006, el PAN asesorado por el experto en elecciones Antonio Sola recurrió a este tipo de campañas. Campañas que consisten en la descalificación, la calumnia y la agresión de los adversarios.
Este método lo puso en marcha en las precampañas el presidente del PAN, Germán Martínez Cázares, a partir de una realidad: algunos encuestadores revelaron que el PRI estaba 18 puntos arriba en la intención del voto. Esto preocupó a la Presidencia de la República y a la dirigencia del PAN.
De modo que en las precampañas pudimos ver el ejercicio pleno de este método donde el PAN descalificó a su principal adversario el PRI y pudo bajarle 10 puntos, por lo que después de las precampañas llegamos a las campañas con un empate técnico. La encuesta de María de las Heras constata que la distancia entre PAN y PRI no es más de cinco puntos.
El propio periódico Reforma ha señalado que hay seis puntos de diferencia. Entonces, las precampañas estuvieron marcadas esencialmente por esa necesidad del PAN de poder emparejar las cosas y perfilar una competencia que le pudiera dar al Presidente Calderón una buena representación de su partido en la Cámara de Diputados y en esa medida poder promover, en la segunda parte de su gobierno, una serie de reformas de gran calado.
Para despejar dudas, ¿cuál ha sido el papel de los medios en este proceso electoral?
Los medios de comunicación han sido y seguirán siendo muy importantes en la disputa electoral. Hay que recordar que para este año el Gobierno federal elevó sus gastos de difusión a mil 800 millones de pesos. De modo que esto, combinado con la crisis de la influenza, el Gobierno ha podido tener una mayor presencia frente a la ciudadanía. No es casual que, al primero de junio, se difunda una encuesta donde se confirma que el nivel de aceptación entre la ciudadanía del Presidente Calderón es muy alto: del 69 por ciento. Es decir, con miras al 5 de julio es una buena noticia para el partido en el gobierno saber que su presidente está en el mejor de los ánimos ciudadanos.
No hay que olvidar que durante ésta etapa de campañas que iniciaron el 3 de mayo, el PAN ha recurrido a un método donde la figura central de sus spots es el presidente y su gestión, específicamente con el tema de seguridad. De modo que le están presentando al ciudadano una posibilidad de que elijan, legitimen y plebisciten la gestión de Felipe Calderón. También es una realidad que las campañas han sido poco atractivas.
Quizá la excepción ha sido el PVEM, que ha tenido una campaña eficiente en materia de medios. Sólo ha ido con dos temas: los vales de medicina y el bono educativo. De fondo podemos cuestionarla, sobre si esta lucrando con cierto resentimiento social o si apela a un Estado de bienestar. Pero ha sido una campaña bien diseñada y calculada. En su propia pauta están llegando de manera inteligente a los jóvenes. No es casual que Reforma los ponga en el nueve por ciento y María de las Hera en ocho. Es un partido que ha sido capaz de comunicarse con los jóvenes. Desde 2003, el PVEM se ha aliado parcialmente con el PRI. En 2009 van en alianza en 63 distritos electorales, con la perspectiva de alcanzar una mayoría legislativa de 252 diputados.
*Genaro Rodríguez Navarrete: Es egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde cursó la Licenciatura en Ciencia Política y Administración Pública (con especialidad en Ciencia Política). Estudió la Maestría en Periodismo Político (Primera Generación) en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García (EPCSG). Ha sido funcionario público, consultor privado y profesor de diversas materias. Ha publicado, entre otros medios, en etcétera, El Nacional (fuera de circulación) e Impacto
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