junio 29, 2009

De la fe y otros demonios

Por Alejandro Espinosa


Cada 28 de mes, desde muy temprano (en ocasiones desde las 4 o 5 de la mañana) y hasta altas horas de la noche, la Iglesia de San Hipólito y sus alrededores reciben a todo aquel que quiera dar gracias a "San Juditas", como le conocen aquellos a quienes algún milagro los ha salvado de la cárcel, del vicio, de la enfermedad o de la muerte.

El 28 se congrega gente de Iztapalapa, Tepito, La Doctores, La Santa Julia, La Guerrero, La Pantitlán, La Santa María y alguna que otra persona del Estado de México e incluso de provincia.

Las misas se escuchan en la calle... los vendedores ambulantes opacan los sermones y el acto religioso, una muchedumbre congestiona el lugar. Los policías acordonan el perímetro, desvían el tráfico y solapan a cientos de jóvenes con un pequeño trapo de thiner (la mona) o un churro de mota que consumen en las aceras, a las salidas del metro Hidalgo o en las areas abiertas cercanas a San Hipólito.

El 28 de cada mes las personas llegan a dar gracias, a pedir favores de salud, amor o dinero o a cumplir una manda por los favores recibidos, ya que, según se cree, San Juditas es, por excelencia, el santo patrono de las causas difíciles.

A continuación, un fotoreportaje y algunos testimonios de devotos, transeúntes, creyentes y ateos.









Los testimonios:

"Vengo aqui desde hace un año por una manda que tengo que cumplir. Mi esposo se curó de una enfermedad". - Mariana Sánchez.

"Por mucha fe que tengan, lo devotos no les va a quitar lo jodido, que se pongan a trabajar en lugar de estar drogándose y cargando su figurita de San Judas". - Guillermo Aguilar.

"Cada quien sus creencias, pero creo que mucha de le gente que viene aquí lo toma a juego". - Diana Aguilar.

"Yo sólo vengo acompañando a mis amigas, y tambien a darle gracias a San Juditas" - Rebeca.

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