noviembre 30, 2009

¿Cómo entrarle al tema de Juanito? Sin duda es un absurdo, uno que muchos consideran que no merece más de dos líneas. Yo discrepo, hay que seguirlo con atención, no por Rafael Acosta mismo, sino por todo lo que hay alrededor.


Escucho a Clara Brugada pidiendo que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal destituya a Rafael Acosta como jefe delegacional de Iztapalapa, y sus argumentos son tan esotéricos como que Juanito es manipulado por fuerzas oscuras, o tan graves como que está afectado de sus facultades mentas y que sus aliados son el PAN y el PRI, que no pueden ser dichas sin pruebas en mano.



El perredismo más demagógico exige la permanencia de Brugada, pues Juanito traicionó la voluntad ciudadana. Ahora tendremos que estar atentos a ver qué es lo qué pasa, qué ley se hace respetar, la de un “gobierno legítimo” que realiza sus votaciones a mano alzada en reuniones donde no son la mayoría de los votantes en Iztapalapa, o la de la ley con la que fue elegido el delegado en cada una de las otras 15 delegaciones y que organiza el Instituto Electoral del Distrito Federal.



Juanito dio, casi sin querer ni darse cuenta, la patada en el trasero que muchos quisiéramos darle al sistema político. Lo utilizaron vilmente, y él se las regresó. Nadie, por vía de la legalidad, podrá sacarlo de la jefatura delegacional, simplemente por un hecho concreto: su nombre estaba en las boletas electorales, y sin lugar a dudas la mayoría de los iztapalapences votaron por él. Nadie nunca podrá decir cuántos realmente votaron por la perredista, y cuantos por Juanito, pero en las actas está escrito Rafael Acosta.

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